Cuentan que
una vez un hombre caminaba por la playa en una noche de luna llena
mientras pensaba:
"Si tuviera
un coche nuevo, sería feliz"
"Si tuviera una casa grande, sería feliz"
"Si tuviera un excelente trabajo, sería feliz"
"Si tuviera una pareja perfecta, sería feliz"
En ese
momento, tropezó con una bolsita llena de piedras y empezó a
tirarlas una por una al mar cada vez que decía:
"Sería feliz
si tuviera..."
Así lo hizo
hasta que solamente quedaba una piedrita en la bolsa, la cual
guardó. Al llegar a su casa se dio cuenta de que aquella piedrita
era un diamante muy valioso. ¿Te imaginas cuantos diamantes arrojó
al mar sin detenerse y apreciarlos?
Cuántos de
nosotros pasamos arrojando nuestros preciosos tesoros por estar
esperando lo que creemos perfecto o soñado y deseando lo que no se
tiene, sin darle valor a lo que tenemos cerca nuestro.
Mira a tu
alrededor y si te detienes a observar te darás cuenta cuan
afortunado eres, muy cerca de ti está tu felicidad, y no le has dado
la oportunidad de demostrarlo.
Observa la
piedrita, que puede ser un diamante valioso. Cada uno de nuestros
días es un diamante precioso, valioso e irremplazable. Depende de ti
aprovecharlo o lanzarlo al mar del olvido para nunca mas poder
recuperarlo.
Con todo mi
cariño para mis amig@s
Marian
Miércoles 3 de Septiembre 2008 |