Un niña que estaba por nacer, le dijo a Dios:
- Me vas a enviar mañana a la tierra;
pero ¿Cómo viviré tan pequeña e indefensa como soy?
- Entre muchos Ángeles escogí uno para ti, que te está esperando, Él te cuidará.
- Pero dime:
Aquí en el cielo, no hago más que cantar y sonreír,
eso basta para ser feliz.
- Tu Ángel te cantará, te sonreirá todos los días
y tú sentirás su amor y serás feliz.
- ¿Y cómo entenderé cuando la gente me hable,
si no conozco el extraño idioma que hablan los hombres?
- Tu Ángel te dirá las palabras más dulces y más tiernas
que puedas escuchar, y con mucha paciencia y cariño
te enseñará a hablar.
- ¿Y qué haré cuando quiera hablar contigo?
- Tu Ángel te juntará las manitas y te enseñará a orar.
- He oído que la tierra hay hombres malos. ¿Quién me defenderá?
- Tu Ángel te defenderá aun a costa de su vida.
- Pero estaré siempre triste porque no te veré más, Señor.
- Tu Ángel te hablará de Mí y te enseñará el camino
para que regreses a mi presencia, aunque Yo siempre estaré a tu lado.
En ese instante, una gran paz reinaba en el cielo pero ya se oían voces terrestres, la niña presurosa,
repetía suavemente:
- Dios Mío,
si ya me voy dime su nombre.
¿Como se llama mi Ángel?
- Su nombre no importa,
tú le llamarás "Mamá".
Cuando nace un hijo le crecen alas al corazón y los días se visten de Primaveras,
“Madre”, ya nada mas grande podrán decir de ti.
Marian
Domingo 2 de Mayo del 2021 |