Querida
amiga:
No puedo empezar esta carta de otra forma: cumpleaños feliz, ¡cumpleaños feliiiiiz! Espero y deseo que este cumpleaños no sea el más especial y que te queden
otros
muchos
muy
especiales,
pero
sí
que
lo
disfrutes
y
aproveches
al
máximo.
Es
un
día
al
año
y
eso
¡hay
que
saber
apreciarlo!
Echo
la
vista
atrás
y
cada
uno
de
los
cumpleaños
que
hemos
celebrado
juntas
ha
sido
diferente
y
especial.
Algunos
han
sido
compartidos;
otros,
separadas
en
la
distancia
pero,
al
final,
disfrutamos
entre
amigas.
Y
así,
poco
a
poco,
han
ido
pasando
los
años
y
míranos
ahora,
¡quién
nos
lo
iba
a
decir!
Siempre he oído que los cumpleaños son fechas señaladas para
repasar
todo
lo
que
dos
personas
han
vivido
y no
quería
dejar
pasar
el
día
sin
recordarte
lo
muchísimo
que
te
quiero
y
lo feliz que soy al tenerte a mi lado. Las grandes personas (como yo ja, ja, ja) se rodean de gente
extraordinaria
y tú
sin
duda
eres
de
esas.
Estoy
convencida
de
que
todos
deberíamos
hacer
lo
mismo:
pararnos
un
día
al
año
(o
incluso
más)
y
repasar
de
verdad
nuestra
historia
con
otra
persona:
intentar
recordar
el
primer
día
que
vivimos
con
ella,
los
días
más
tristes,
los
más
alegres,
los
detalles,
los
ataques
de
risa,
los
enfados
y
los
porqués.
No
deberíamos
olvidar
cada
una
de
esas
cosas
porque
son
las
que
nutren
una
relación.
El
ejercicio
de
recordarlas
las
mantiene
vivas.
Así
que
voy
a
aprovechar
la
ocasión
para
explicarte
de
forma
algo
más
extensa
lo
agradecida
que
estoy
por
tenerte
en
mi
vida.
¡Allá
vamos!
GRACIAS
porque
desde
el
primer
día
que
nos
vimos
me
aceptaste
sin
juzgar
y te
quedaste
a mi
lado
sin
pensarlo.
GRACIAS
porque
te
has
preocupado
en
conocerme
de
verdad.
GRACIAS porque aunque no coincidamos en cosas, aunque no pensemos
igual.
Escuchas,
intentas
comprender,
discutes,
aceptas
o
no…
Pero
siempre desde el cariño y el respeto de una amiga.
GRACIAS
porque
incluso
cuando
hemos
discutido,
has
demostrado
ser
mi
amiga.
GRACIAS
por
dejarme
tener
mi
espacio
pero,
a la
vez,
dejarme
cuidarte.
GRACIAS
por
cada
viaje
que
hemos
hecho,
por
cada
anécdota
que
hemos
vivido,
por
cada
refresco
en
una
terraza,
cada
cena,
cada
noche
de
fiesta,
cada
momento
importante…
GRACIAS
por
dejarme
compartir
contigo
los
momentos
más
dolorosos.
Porque
ya
lo
dicen:
las
penas,
si
son
compartidas,
son
menos
penas.
GRACIAS
por
poner
verde
a
las
personas
que
necesitaba
poner
verdes,
aún
sabiendo
que
podía
ser
un
poco
injusta.
GRACIAS porque me aportas esa visión diferente. Ese punto de vista que no veo, desde el cariño y el respeto pero también
desde
la
objetividad
de
una
amiga.
GRACIAS
por
dejarme
celebrar
contigo
un
cumpleaños
más.
En definitiva, GRACIAS por ser mi amiga y dejarme serlo.
Te
quiero.
Marian
Noviembre
01
del
2022