Kasandra, tú
eres un ángel de Dios, por eso
él te ha llamado de regreso a su
lado y desde allá seguirás
cuidando de todos
nosotros. Fuiste una mujer muy
luchadora, hasta el último
momento té enfrentaste
valientemente a todo.
El dolor quizás
sea el precio que se tiene que
pagar por lo mucho que te han
amado. Amiga nunca te irás del
todo, vivirá por siempre tu
espíritu en todos los que te
hemos conocido, sobre todo en tu
querida familia.
Las mejores
personas saben que serán amados
por lo que fueron en su vida y
su muerte no modificara nada en
absoluto.
¡Descansa en
paz, amiga!
Feliz Navidad al
cielo
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