El Caballero del bosque
oscuro
Juan un hombre que vivía
en el oscuro bosque
rodeado de gigantes
árboles,de viejos y
duros troncos con ramas
y hojas que cubrían por
completo el cielo
impidiendo el paso de
toda claridad.En el
medio del bosque había
un lago y ese era el
único sitio donde
llegaba la luz del sol
todas las mañanas, este
hombre, caminaba hasta
aquel lago para admirar
la claridad, con la
esperanza de que así
jamás se acostumbraría a
la oscuridad y su
memoria mantendría viva
la ilusión de salir a la
luz del sol...
Eran tiempos de guerras
y magos, tiempos de
espadas y
hechizos,épocas de
triunfos, pero con mucho
dolor y sangre. La
tierra estaba envuelta
en batallas constantes
pero al bosque nada de
eso llegaba hasta aquel
día...
Un hombre, Juan, estaba
parado frente al lago,
admirando el reflejo del
sol en el... cuando
sintió ruido... y desvió
su atención hacia lo
profundo del bosque.
De tantos años de vivir
allí, ya conocía cada
sonido y sabia que este
no era el sonido de
algún animal. Observo
entre la oscuridad de
los árboles, y con sus
ojos ya acostumbrados a
ver en la absoluta
penumbra diviso una
figura humana corriendo
desesperadamente hacia
el...Era un joven
guerrero, vestido con
una malla metálica y con
una capa color rojiza,
llevaba un símbolo de
león en su pecho y una
espada quebrada en su
mano izquierda...
El muchacho de largo
pelo dorado se acerco a
Juan sudando y
agitado... de su frente
caían gotas de sangre y
su pierna derecha lucia
lesionada...al llegar
frente a Juan cayo
derrumbado, vencido por
el cansancio.... Cuando
el joven abrió los ojos
descubrió que estaba en
lo que parecía ser una
morada, o tal vez una
cabañacompletamente
construida con madera
que parecía ser del
mismo bosque por lo
fuerte y oscuro de sus
figuras intento
levantarse, pero no
pudo, carecía de toda
fuerza para mover su
cuerpo...
no te muevas aun...
escucho
busco con su mirada y
encontró a Juan sentado
a la izquierda en la
otra punta de la cabaña
¿Quien es usted?
pregunto apresurado el
joven guerrero.
Puedes llamarme Juan
¿Juan de? insistió el
joven
solo Juan, mas no
necesitas saber
El valiente muchacho
volvió a intentar
levantarse, pero otra
vez su cuerpo no
respondió a su
voluntad...
Es mejor que descanses
dijo Juan, pareces haber
sufrido mucho, pareces
venir de una batalla.
Así es, y debo volver a
ella contesto el joven
mi rey me espera, debo
mi vida a el
¿Tu rey? se burlo Juan,
y mientras servia algo
de liquido de una jarra
a un vaso de madera, se
reía a carcajadas... A
tu rey lo único que le
importa son sus tierras,
no sus guerreros
No os permitiré que
habléis así de mi rey,
enseguida replico el
valiente soldado
Ya, tu eres demasiado
joven para comprender y
le ofreció a beber.
Tomo con sus temblorosas
manos el vaso de madera
y bebió lentamente ese
extraño liquido con un
sabor fresco e
intenso...
Podía sentir que sus
fuerzas volvían, pero
aun estaba demasiado
agotado como para
moverse demasiado...
Haz venido hasta mi, y
si lo has hecho así, por
algo es replico Juan
yo solo escapaba de mis
perseguidores, debo
entregar un mensaje
urgente al rey
¿Como te llamas valiente
joven?
Carlos de Aragón
Carlos, joven Carlos...
¿y que tan importante es
ese mensaje como para
aventurarse a entrar en
la oscuridad de mi
bosque?
Es de vital importancia
para mi rey y sus
hombres, es sobre una
emboscada en la que
intentaran quitarle la
vida a su majestad y de
esa forma debilitar a
todo el ejercito
aun así, querido Carlos,
no debiste atreverte a
ingresar a este
bosque... sus árboles
escuchan, respiran, te
observan. El joven
Carlos miro sorprendido,
comenzó a creer que Juan
solo era un viejo
solitario y loco de
tanta soledad...
generalmente no les
gusta ser molestados...
y tu has entrado en sus
dominios trayendo sangre
y el dolor de la guerra
de afuera.
continuo explicando Juan
Debo entregar ese
mensaje, el rey cabalga
hacia Castilla y si no
le aviso antes de su
arribo, caerá en la
emboscada tal vez tu rey
merezca la muerte
respondió riendo Juan,
tal vez tu también la
merezcas
Juan se acerco a una
olla que tenia junto al
fuego revolvió un poco y
le dio de beber de su
cuchara también de
madera
Carlos bebió ese liquido
de extraño color
amarillo y mientras lo
hacia volvió a sentir
que sus músculos
recuperaban
milagrosamente toda
fuerza. Entonces volvió
a intentar levantarse,
consiguiéndolo esta
vez...
Ahí tienes Carlos, mi
favor hacia ti, le
sonrió Juan
ahora vete de aquí y
llévale tu mensaje a tu
rey, pero recuerda, el
bosque jamás olvida y no
perdona..recuerda este
lugar Carlos o el te
recordara a ti por
siempre-
Carlos tomo sus ropas,
su quebrada espada, y
sin decir mas palabra,
salio a toda prisa de
ese extraño lugar. A los
pocos metros estaba ya
fuera de la oscuridad
del bosque y un hermoso
caballo oscuro se acerco
a el lo monto y cabalgo
con toda prisa en busca
de su amado rey...
Sus manos cansadas
perdieron toda fuerza y
la espada ensangrentada
que portaban cayo
finalmente al césped
húmedo por la sangre de
los muertos.Levanto la
mirada y por primera vez
observo con sus ojos y
mente.
El paisaje ya no era el
mismo que había visto al
llegar, ahora las
hermosas flores blancas
habían desaparecido bajo
el peso de los cuerpos
que yacían sin vida
sobre el suelo.El rojo
predominaba sobre
cualquier otra
tonalidad... el
dolor...Se sentó sobre
una roca y detenidamente
admiro su victoria.
Sus hombres, sus
valientes hombres
gritaban el triunfo al
canto de su nombre
¡Que viva el rey
Federico!
¡Viva!
Absorto, como
enceguecido de tanta
sangre, el rey
descansaba sobre una
roca.Entonces se le
acerco un joven con sus
prendas cubiertas de
sangre ajena y con mucho
orgullo le hablo:
su majestad, esta
victoria es vuestra
No, mi joven Carlos, si
tu no me hubieras
avisado de la emboscada
yo yacería sobre el
césped ahora, como esos
otros.
Pero mi rey, no era su
destino, replico Carlos
su destino divino es el
del triunfo, sino yo no
hubiera salvado mi vida
milagrosamente, y ese
viejo del bosque no me
hubiera ayudado, y aquel
veloz corcel que
apareció de la nada...
Presiento, mi joven
Carlos, que el precio de
este regalo será muy
alto... espero estar
equivocado..
Marian
Lunes 21 de agosto 2006
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