Johanna

 

Johanna pasaba sus días triste, ya no los contaba. No tenia ganas de salir de su apartamento, y paradójicamente se sentía encerrada cuando estaba en el. Necesitaba un cambio en su vida. A pesar de sus pocos veintidós años, su vida le pesaba a sus espaldas.

Un buen día, decidida y convencida, recogió sus cosas y tomo el primer tren a cualquier lugar. Sin saber cual era su destino, comenzó a recorrer su camino, paso por varias estaciones, pero ninguna la convencía a bajar.

Hasta que llego a una muy pequeñita, la vio calida y tranquila, así que allí se bajo. Solamente ella descendió allí, con su maleta pequeña y un bolso de mano, camino por la estación en busca de la salida. Cuando la encontró, su sorpresa fue enorme, detrás de esas enormes puertas de cristal no había ciudad alguna. Solo vegetación.

 

"¿pero donde estoy?" se pregunto.

Abrió las puertas de vidrio y el aire la rodeo, sus pulmones se llenaron de un aire ligero y dulce, sintió paz. Una paz que la llenaba por dentro. Camino por un pequeño sendero de tierra que se abría paso entre la verde vegetación. A su lado podía observar hermosas flores blancas, de distintas formas, pero todas blancas. Más atrás, los grandes árboles, de gruesos troncos y hermosas hojas verdes. Intensamente verdes ,todo lucia precioso, hermoso, perfecto. Unas pequeñas aves de fuerte color amarillo volaban por el lugar, mientras silbaban algún canto de pájaro. Parecían acompañarla en su camino, ella dejo que el sendero guiara sus piernas. Camino y a medida que avanzaba había mas y mas flores blancas, un hermoso perfume la envolvía y esa dulce sensación de paz.

 

El sendero se hacia mas pequeño aun, y poco a poco iba desapareciendo entre la vegetación, en un instante perdió de vista todo rastro del camino ,miro a sus espaldas y este había desaparecido, solo había flores, todas blancas y hermosas, todas perfectas, las más bonitas que jamás había visto. Las aves volaban sobre ella y silbaban alegres. Cantaban un canto mágico, cantaban sobre ella, podía entenderlas.

 

Cerró sus ojos y sintió toda esa calma que tanto ansiaba, sintió esa libertad por la que tanto clamaba. Sintió esa paz que tanto añoraba, Sonrió y volvió a observar las flores, luego levanto su vista al cielo para observar a esas hermosas aves que giraban sobre ella, cantándole. Y decidida camino entre la vegetación, adentrándose más y más en el bosque...

Johanna Vázquez Gómez, fallecida el 21 de Mayo del 2004. Causa: suicidio.

 

                Marian V.

 

17 de febrero del 2004

 
 

 

 

 

 

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